Blog gratis
Reportar
Editar
¡Crea tu blog!
Compartir
¡Sorpréndeme!
EL SEÑOR CABELLOS DE FUEGO II
La segunda parte de la más extraña trilogía de la literatura fantástica, publicada por entregas.
26 de Octubre, 2011    General

CLXII

CLXII

       Al día siguiente, fue obvio que unos cuantos habían dormido poco, pese a haberse acostado temprano: el miedo les había impedido conciliar el sueño. Paradójicamente, esa misma emoción había sumido a Calímaco de Antilonia en un letargo digno de un oso: temía, si no descansaba bien, no estar lo bastante lúcido para enfrentar cualquier peligro que los acechara durante aquella misma misión. Pero para su desgracia, no fueron pocos los que atribuyeron su aspecto fresco a un coraje superior al de cualquiera de ellos. El lo notó, y se irritó de esa mala suerte que parecía perseguirlo desde el día anterior.

           El trecho crítico de la ruta de las carretas se extendía alrededor de una legua al sur de la ciudad. Los exploradores habían dado en llamarla Legua Trágica o Legua Sangrienta. Damián y su pequeña hueste de voluntarios, inhabituados a salir de la ciudad, se sintieron muy inquietos en aquellos parajes. A ambos lados del camino, supuestamente, debía haber bosque; pero el mismo se había transformado ahora en una especie de pantano en ciernes, con las aguas invadiéndolo todo, si bien en general a un nivel poco profundo. De vez en cuando se oían chapoteos sospechosos, la mayoría de los cuales los producía probablemente la brisa matinal. Casi todos los escoltas los desestimaban, porque seguían considerando poco peligrosos a los Thröllewurms, mientras que, en cambio, avanzaban bajo el constante temor de toparse en cualquier momento con Bermudo, invisible para ellos a causa de su capacidad mimética y hasta que fuera demasiado tarde para huir de él. Calímaco compartía dicho temor; pero ahora también le daban miedo los Thröllewurms. No le gustaba nada eso de que estuvieran volviéndose inteligentes, y desaprobaba que se tendiese a soslayarlos.

          De cualquier forma, todos intentaban hacer la mejor figura posible, en lo que todos ponían mayor énfasis cuando había mujeres presentes, pero también habiendo niños, y éste era el caso: Gudjon Ulvrikson, hijo del carretero en jefe, que viajaba en el convoy junto a su padre. Este lo había traído consigo porque el niño, de ocho años, nunca había visto a esos Caballeros de quienes tanto había oído hablar y en cuyas filas soñaba con prestar servicio algún día, cuando llegara a la adultez. Tal fantasía, en otro tiempo, habría despertado sonrisas un tanto condescendientes; pero ahora se prefería alimentarlas, porque ya nada era seguro, y bien podía llegar un día en que el Reino entero estuviera en poder de los Wurms, y cada hombre tuviera que transformarse en guerrero en defensa de su propia vida. Además, sin importar cuál hubiera sido su actitud para con los niños antes de aquella guerra, ahora la mayoría de los defensores de Drakenstadt los amaban intensamente. Cuando alguno los miraba con sus inocentes ojos muy abiertos, llenos de silenciosa admiración, lo sentían un ángel enviado por el Señor para infundirles aliento e instarlos a no rendirse bajo circunstancia alguna, o bien, en caso de los paganos, uno de los duendes de Freyr, venido quizás a redoblar sus fuerzas y su valor merced a una sola y mágica mirada.

          Al pequeño Gudjon, preguntón conforme a su naturaleza infantil, se le había dicho que debía permanecer callado, para que pudiera oírse incluso el más leve ruido. La verdad, no había sido muy inteligente traerlo; pero Ulvrik, su padre, confiaba ciegamente en el valor de los Caballeros. Y por desgracia, en eso de guardar silencio, los escoltas de esa carreta en particular resultaban todavía peores que el niño. Conversar con éste sedaba sus nervios; así que, cada tanto, Damián de Aord Aimorn debía volverse a reprenderlos:

          -Roland... ¡Cállate!

       -¿Y yo qué dije ahora?...-preguntó un poco más atrás Roland de La Mö, muy habituado al regaño y la censura, y absolutamente desconcertado, ya que se había mantenido en silencio.

         Pero Damián no se dirigía a él, sino a Roland de Armelinskvald. En el caso de éste, sin embargo, la amonestación no sirvió de nada; y luego de reiterarla por quinta vez, Damián cambió de latiguillo:

          -Por Dios, Roland... ¡Al menos baja la voz!

         -Sí, Damián-convino Roland de Armelinskvald, sorprendido. No se daba cuenta de que alzaba tanto el volumen de su voz, y ahora mismo se preguntaba si Damián no exageraría un poco.

         El pequeño Gudjon se había encogido un poco en su asiento ante la voz de Damián, como si fuera él el reprendido. Su padre, a su lado, le hubiera ordenado callarse, de no haber sido porque el propio Roland de Armelinskvald lo animaba en contrario, con una sonrisa y un guiño. El Caballero había estado contando una historia fascinante acerca de cómo cierto temible ogro (en salvaguarda de la paz entre ambas órdenes, prefería no mencionar a Miguel de Orimor por su nombre, ni especificar a qué bando pertenecía), se lo había llevado cautivo y otro Caballero había acudido en su rescate.

          Por lo visto, o la historia era muy buena, o tal vez él, Roland, un buen narrador. El público de turno, representado exclusivamente por el pequeño Gudjon, no tardó en reclamar en susurros la continuación:

            -¿Y el ogro hizo que sus secuaces arrestaran a ese otro Caballero?...

         -No podía hacerlo sin quedar como un cobarde-replicó en el mismo tono Roland-. Decía de nosotros, los Caballeros del Viento Negro, que éramos todos unos miedosos, incapaces de combatir de frente... Lo dijo muchas veces y en voz demasiado alta... Y allí estaba Balduino, retándolo a duelo. Así que el ogro tuvo que aceptar el desafío, y Balduino lo venció.

         -¿Cómo hizo?

          -Bueno... ¡Eso exactamente quisiera yo saber!

        La historia había salido a colación porque Roland trataba de explicarle al niño cómo los Caballeros se protegían unos a otros aun sin ser amigos, y qué vínculos afectivos se forjaban así entre ellos. Y había elegido precisamente esa historia, porque nunca antes de caer prisionero de Miguel de Orimor había sentido Roland tanto miedo, ni tampoco después. Quizás porque en manos de aquel hombre de tan siniestra fama y de verdad asimilable, en tal sentido, a un ogro (aunque ahora sabía que su reputación había sido en parte exagerada), la sensación de soledad, derrota y miseria de Roland no había conocido límites, alcanzando extremos inimaginables y haciéndole perder toda esperanza. Aunque mucho más temibles como adversarios, por ahora los Wurms ni siquiera se acercaban a desanimar tanto a Roland, al menos por ahora, sobre todo porque todavía no estaba dicha la última palabra y porque sabía que, en tanto estuviera en pie y luchando codo a codo con sus compañeros, los monstruos no podrían escribir el decisivo punto final de aquella guerra.

            Estaban por ingresar en el tramo más crítico de la Legua Trágica. Allí el camino quedaba literalmente estrangulado entre bajíos invadidos por el agua.

         Bastante más atrás de Roland de Armelinskvald, Ignacio de Aralusia redobló su estado de alerta, mientras Calímaco de Antilonia miraba de soslayo hacia todas direcciones, con lúgubre ánimo.

Palabras claves , , , ,
publicado por ekeledudu a las 13:23 · Sin comentarios  ·  Recomendar
 
Más sobre este tema ·  Participar
· CCXX
Comentarios (0) ·  Enviar comentario
Enviar comentario

Nombre:

E-Mail (no será publicado):

Sitio Web (opcional):

Recordar mis datos.
Escriba el código que visualiza en la imagen Escriba el código [Regenerar]:
Formato de texto permitido: <b>Negrita</b>, <i>Cursiva</i>, <u>Subrayado</u>,
<li>· Lista</li>
SOBRE MÍ
FOTO

Eduardo Esteban Ferreyra

Soy un escritor muy ambicioso en lo creativo, y de esa ambición nació EL SEÑOR CABELLOS DE FUEGO, novela fantástica en tres volúmenes bastante original, aunque no necesariamente bien escrita; eso deben decidirlo los lectores. El presente es el segundo volumen; al primero podrán acceder en el enlace EL SEÑOR CABELLOS DE FUEGO I: INICIO. Quedan invitados a sufrir esta singular ofensa a la literatura

» Ver perfil

CALENDARIO
Ver mes anterior Mayo 2024 Ver mes siguiente
DOLUMAMIJUVISA
1234
567891011
12131415161718
19202122232425
262728293031
BUSCADOR
Blog   Web
TÓPICOS
» General (270)
NUBE DE TAGS  [?]
SECCIONES
» Inicio
ENLACES
» EL SEÑOR CABELLOS DE FUEGO I: INICIO
FULLServices Network | Blog gratis | Privacidad