Blog gratis
Reportar
Editar
¡Crea tu blog!
Compartir
¡Sorpréndeme!
EL SEÑOR CABELLOS DE FUEGO II
La segunda parte de la más extraña trilogía de la literatura fantástica, publicada por entregas.
« Blog
« XCII
26 de Mayo, 2011    General

XCI

XCI

      Para hacer el amor con Gudrun, Balduino había elegido un lugar convenientemente oculto por pastos duros y altos a orillas del Duppelnalv, del que había visto a plena luz del día que estaba lo bastante seco. De todos modos, se quitó su ya bastante deteriorada capa y la extendió en el sitio elegido antes de que ambos se acostaran allí.

       En pleno acto sexual, por supuesto, no sintieron el frío; lo malo fue que cuando ya habían terminado y se disponían a vestirse, oyeron pasos y voces que reconocieron como los de hrumwald y Wjoland. por lo tanto, se quedaron quietos, deseando para sus adentros que no se quedaran allí mucho tiempo.

      En determinado momento cesaron tanto los pasos como las voces, por lo que Balduino dijo a Gudrun, en susurros:

       -Creo que ya se fueron... Echaré un vistazo...

       Lo consideraba simple formalismo, ya que parecía obvio que debían haberse ido; así que se incorporó a medias, casi sin disimulo, sólo para descubrir horrorizado que Hrumwald y Wjoland seguían allí, a muy corta distancia, sentados uno junto al otro. Hrumwald mantenía a Wjoland abrazada cerca de él. Ambos estaban en completo silencio.

      Nunca nadie se agachó a mayor velocidad que Balduino tras constatar que todavía tenían compañía.

      -Siguen allí-informó a Gudrun, consternado.

      -No importa, señor Cabellos de Fuego-murmuró gudrun.

      Los pastos no eran tan altos como para ocultar cualquier intento que hicieran de vestirse; por lo tanto, no quedaba más remedio que esperar.

      Gudrun estaba tiritando. Balduino la abrazó para tratar de calentarla con su propio cuerpo.

      Nunca se me hubiera ocurrido que una chica tan hermosa pudiera fijarse en mí...-oyeron decir a Hrumwald-. La gente linda por lo general se siente poderosa... juega de forma fea con los sentimientos de uno...

      -Pero es que no me siento hermosa, ni es lo físico lo que me atrae en los hombres-respondió Wjoland-. Pero, hrumwald, mejor recuerda que no es mi intención quedarme en Freyrstrande. Espero solamente que Balduino me indique el momento que a él le parezca mejor para poder irme de Thorshavok.

       -¿Es tan importante que te vayas?

       -¿Crees que no? ¿Con Arn siempre dispuesto a hacerme buscar con todos sus hombres?

      -Ya no se los ve por aquí...

      -No... Pero creo que porque me dieron por muerta. De veras, Hrumwald, me conviene alejarme de Arn tanto como sea posible, lo lamento. Además, para serte franca, no te convengo. De hecho, no le convengo a ningún hombre. Todo el mundo hace planes para el futuro; yo simplemente vivo el día. me habitué a vivir así. Cuando tuviste proyectos que se fueron frustrando uno por uno, encuentras que ésa es la forma de vivir que más te conviene. Cuando yo era joven...

      -¡Si todavía eres joven!...

      -Bueno, cuando era más joven, tuve distintos pretendientes, nobles y plebeyos. De algunos estuve sinceramente enamorada. Uno resultó ser un loco peligroso que me tuvo secuestrada en su castillo durante meses, en lo alto de una torre... Desde allí pedía ayuda a la gente que pasaba por allí, asomándome por la ventana... Pero nadie quería comprometerse. También puede que no me creyeran: al fin y al cabo,él había logrado crearme a mí cierta reputación de loca. Estuve desesperada entonces y, lo confieso, pensé incluso en suicidarme, en dejarme caer desde lo alto de aquella torre. Si no lo hice fue porque me di cuenta de que mi muerte sería su triunfo. Wjoland, a quien tanto yo amaba, estaba loca y se mató, diría, y todos le creerían; así que seguí viva.

       -¿Y cómo escapaste?-preguntó Hrumwald.

       -Descolgándome por la ventana con ayuda de una cuerda hecha de sábanas. No una cuerda muy larga, pero alcanzó para descender la parte más peliaguda de la torre. Por suerte el castillo tenía muchas salientes... El en ese momento estaba de viaje, y una noche me decidí a escapar de ese modo.

      -Fuiste muy valiente...

      -No sé. A estas alturas, la muerte ya era para mí un mal menor, aunque estaba decidida a tratar de vivir... Como sea, una experiencia así marca para toda la vida a quien pasa por ella... Es ridículo pensar que se puede ser igual que antes después de algo semejante...

      ¿Conque así fue la cosa?, pensó Balduino. Porque algo de aquella historia él conocía, pero no con tanto detalle, sólo lo básico.

      Fue lo último que llegó a captar del diálogo. cada vez tenía más frío, y por lo visto Hrumwald y Wjoland pretendían quedarse allí un buen rato todavía. Abrazó a Gudrun más vigorosamente, desesperado por calentarla. Ella atrajo el cuerpo de él al suyo, y lo besó apasionadamente en la boca.

      -Seguramente no tuve una vida peor ni mejor que la de cualquier otra persona-prosiguió Wjoland-; pero fue diferente. Y seguramente yo misma no soy peor ni mejor que cualquier otra persona, sólo distinta, muy rara. Las promesas de amor eterno me hacen reir. Nada es eterno, salvo Dios, y por eso creo, también, que no vale la pena proyectar nada. Lo bueno no dura mucho. Por suerte, tampoco lo malo. Lo habrá aprendido también aquel mal nacido que pensó que podría hacerme pasar por loca y mantenerme encerrada para siempre en lo alto de una torre... Todo cambia. Por eso lo mío es vivir el momento. Lo bueno es que así las cosas se disfrutan más. Cuando se piensa que todavía hay mucho tiempo por delante,  un baile es igual a otro, un día igual al que lo precedió y al que vendrá después. Cuando sólo se vive el momento presente, en  cambio, la consigna es disfrutarlo a fondo, porque podría ser el último.

      Y quizás también sea la última vez que estemos juntos, y ya no vuelva a verte, pensó Hrumwald con amargura y desesperación. Y de repente afluyeron a él todo el anhelo y el amor de su corazón, dolorosos y crueles como una puñalada. Se volvió hacia Wjoland y la besó con ternura en el nacimiento del cuello.

       Pese a sus facciones de bruto, era uno de los hombres más dulces y amables que había conocido Wjoland. Algunos de sus gestos sencillamente la derretían, pero por nada del mundo permitía que él se diera cuenta; un poco porque, al principio,todos los hombres son dulces y amables, hasta que la rutina saca en ellos facetas mucho menos agradables; y otro poco, también, para no hacerlo sufrir. Algunas personas gozan siendo inalcanzables objetos de deseo para el sexo opuesto, pero no era el caso de Wjoland. Pronto ella se iría y no quería a nadie llorando su partida, y mucho menos a alguien tan bueno como Hrumwald.

      Por eso intentó separarlo con suavidad; pero él no quiso aceptarlo.

      -Dijiste que estabas contenta conmigo-dijo, tomándole esa mano que intentaba apartarlo.

       -Claro que lo estoy, Hrumwald, pero...

       -En este momento también a mí me importa sólo este momento, Wjoland.

       En ese momento escuchó ella cercanos gemidos reconocibles como los de una pareja haciendo el amor.

      -Espera un minuto-dijo-. No estamos sol...

      Y no llegó a concluir la frase; porque Hrumwald la tumbó sin brusquedad, suavemente, y selló sus labios con un beso.

      Minutos más tarde, aunque ellos seguían entretenidos, Balduino y Gudrun concluían lo suyo. Se vistieron de prisa y se escabulleron furtivamente bajo la pálida luz de la luna. Acto seguido, Balduino sacó a Svartwulk de las caballerizas y alcanzó a Gudrun hasta su hogar; pero ella lo invitó a pasar la noche allí, con la condición de que no hicieran el amor por tercera vez, ya que era muy tarde. Y Balduino accedió, feliz de sentir a su lado a la mujer que amaba y de saber que era especial para alguien.
Palabras claves , , , ,
publicado por ekeledudu a las 15:55 · Sin comentarios  ·  Recomendar
 
Más sobre este tema ·  Participar
· CCXX
Comentarios (0) ·  Enviar comentario
Enviar comentario

Nombre:

E-Mail (no será publicado):

Sitio Web (opcional):

Recordar mis datos.
Escriba el código que visualiza en la imagen Escriba el código [Regenerar]:
Formato de texto permitido: <b>Negrita</b>, <i>Cursiva</i>, <u>Subrayado</u>,
<li>· Lista</li>
SOBRE MÍ
FOTO

Eduardo Esteban Ferreyra

Soy un escritor muy ambicioso en lo creativo, y de esa ambición nació EL SEÑOR CABELLOS DE FUEGO, novela fantástica en tres volúmenes bastante original, aunque no necesariamente bien escrita; eso deben decidirlo los lectores. El presente es el segundo volumen; al primero podrán acceder en el enlace EL SEÑOR CABELLOS DE FUEGO I: INICIO. Quedan invitados a sufrir esta singular ofensa a la literatura

» Ver perfil

CALENDARIO
Ver mes anterior Mayo 2024 Ver mes siguiente
DOLUMAMIJUVISA
1234
567891011
12131415161718
19202122232425
262728293031
BUSCADOR
Blog   Web
TÓPICOS
» General (270)
NUBE DE TAGS  [?]
SECCIONES
» Inicio
ENLACES
» EL SEÑOR CABELLOS DE FUEGO I: INICIO
FULLServices Network | Blog gratis | Privacidad