Blog gratis
Reportar
Editar
¡Crea tu blog!
Compartir
¡Sorpréndeme!
EL SEÑOR CABELLOS DE FUEGO II
La segunda parte de la más extraña trilogía de la literatura fantástica, publicada por entregas.
« Blog
« CCVII
16 de Noviembre, 2012    General

CCVI

CCVI

      A su debido tiempo, tocó a Balduino el turno de tatuarse, y antes de que Hendryk iniciara su labor, el pelirrojo le refirió la insólita escena presenciada momentos atrás.

         -¿Y?...-preguntó Hendryk, con aparente abulia, mientras alistaba sus herramientas de trabajo.

           -¿Cómo que "y"?-exclamó Balduino-. ¿Todavía no conoces a ese caballo mío?... ¡Lo lógico habría sido que destrozara a Ljottur a golpes de cascos!... Tú eres witz, eres shamán; a ver, entonces, qué puedes hacer con tus poderes para echar luz sobre este misterio.

         -Si de verdad tuviera poderes, fulminaría con un rayo a cada descriteriado que no tiene mejor idea que cotorrear cuando necesito concentrarme para hacer un tatuaje; y ahora voy a empezar, así que más vale que te calles, ya que de veras crees que tengo tales poderes-gruñó Hendryk.

         -No jodas, Hendryk. O eres witz y tienes poderes, o eres un fraude y no los tienes. Decídete.

          -Que te calles, te digo. Están los que tienen mejor vista que otros, los que oyen mejor que otros, los que corren más velozmente que otros. Yo puedo ver mejor que otros hacia otros mundos, eso es todo. Lo de Ljottur y tu caballo es extraño, sí. Quizás, para empezar, pueda descubrir cuál es el tótem de Ljottur; a lo mejor eso ayudaría a resolver este asunto. Pero ahora me dejas tatuarte, o te parto en dos.

         La última frase, pronunciada sin alzar la voz ni enfatizar en exceso, parecía más una sagrada e inviolable promesa que una amenaza. Balduino decidió que no había por qué empujar a Hendryk a cumplirla, y se calló; pero reflexionó que el witz era probablemente, ante todo, un gran tramposo. Pues cuando llegara el momento de "develar· la solución del misterio, anunciaría: El tótem de Ljottur es el Caballo, eso le permite acercarse a Svartwulk sin riesgo alguno... ¡Vaya portentosas deducciones! Probablemente tuviera razón Snarki al burlarse de los supuestos poderes shamánicos de Hendryk.

          Cuando el tatuaje estuvo terminado, Hendryk anunció que el resto de ese día ayunaría y se procuraría algunos cabellos de Ljottur; y por la noche, celebraría una ceremonia con miras a descubrir el tótem del muchacho, si tal era; porque continuaba siendo  una incógnita su edad. Balduino lo dejó parlotear, pero, para sus adentros, reía ante lo que le parecía una farsa muy obvia.

          No exteriorizó sus pensamientos, sin embargo, y después del almuerzo se fue a pasar la tarde con Gudrun; pero al regresar a Vindsborg, muy entrada la noche, vio en la playa a Hendryksentado con las piernas frente a una gran fogata en la que mantenía la vista fija. No estuvo muy seguro de que el witz contemplara realmente la fogata, o si vagaba semi-inconsciente a través de mundos misteriosos, inaccesibles al mortal común. De nuevo no sabía qué pensar de él, pero daba la impresión de estar muy seriamente abocado al asunto del tótem de Ljottur. Lleno de dudas, Balduino fue a encerrar a Svartwulk en la caballeriza, sin decir palabra, para no turbar la concentración de Hendryk.

           Al día siguiente, sin embargo, lo había vuelto a ganar el escepticismo respecto a los supuestos poderes de Hendryk salvo, desde luego, en lo concerniente a su filgia en forma de monstruo marino. Pero transformaciones similares eran tan relativamente corrientes en todo el Reino, que no se sentía muy impresionado por ese asunto en particular.

           -¿Y, poderoso witz, has descubierto cuál es el tótem de Ljottur?-le preguntó en susurros, irónico, al abordarlo a solas, cuando por la mañana todos bajaban a la playa para las tareas del día.

           -No tiene-contestó Hendryk, distraídamente.

       -¿Qué quieres decir?-preguntó Balduino, atónito-. ¿No tiene qué?

         -¿Qué crees, idiota?-preguntó Hendryk, exasperado-. ¡Tótem!... Ljottur no tiene tótem.

          Habían llegado ambos al último peldaño de la escalinata. Balduino lo aferró por el brazo.

          -Aguarda un minuto. Esto me lo aclaras-dijo, llevándoselo aparte casi a la rastra, para impaciencia de Hendryk, que aunque lo obedeciera y respetara a su modo, también lo consideragba un descomunal imbécil en algunos aspectos... Si bien no tenía opinión demasiado favorable de la inteligencia de casi nadie.

          Balduino lo miró con una expresión muy particular, la de un hombre entre divertido e indignado por un engaño inocente del que barrunta haber sido víctima, y que se obstina en descubrir. Viéndolo, Hendryk sonrió con ganas, y esa sonrisa sin malicia confirió cierta efímera belleza a su habitualmente malvado y feo rostro de simio rubio.

         -Todo ser humano posee tótem-dijo Balduino.

         -¿Ajá?...-replicó Hendryk.

          -Por lo tanto, también Ljottur tiene el suyo.

           -Si tú lo dices...

          -El Caballo... El tótem del chico es el Caballo.

          -¡Pues me lo hubieras dicho antes de que me tomara tantas molestias en vano para descubrirlo!

          -Pero, ¿estás de acuerdo conmigo?

          -¡NO! Ya te dije: me parece bastante evidente que Ljottur no tiene tótem, pero aquí mandas tú, aunque vaya jefe éste que dice que lo negro es blanco, y lo blanco, negro.

          -Entonces, ¿no crees que lo más lógico es suponer que el tótem de Ljottur es el Caballo?

           -¿Sólo porque tu Svartwulk le hizo la gracia de permitirle acariciarlo? No, no creo. También a ti te concede ese privilegio, pero tu tótem es el Lemming, no el Caballo.

          -Bueno, ¿y entonces cuál es el de Ljottur?

           -¡Cómo me haces hablar al pedo! ¡Ya te dije que no tiene!

            -Hendryk, no digas tonterías, ¡toda persona tiene su tótem!

           -¿Y desde cuándo entiendes tú tanto del tema?

          -Los herejes angelitas...-comenzó a explicar Balduino.

           No fue capaz de seguir. Imaginó a Gudrun, impaciente, cruzada de brazos ante él: Señor Cabellos de Fuego, quizás seáis muy bueno en asuntos de guerra, pero el witz es Hendryk. ¿Os acordáis del heno mohoso que, según vos, no comerían mis ovejas? ¿Os acordáis de la colmena de abejas de la que os ocupasteis personalmente para que no corriéramos peligro? Se sintió ridículo.

           -¡Es impensable que una persona no tenga tótem!-exclamó frustrado.

               -¿Y qué quieres que haga?... ¡Si no tiene, no tiene!... Es un caso raro, lo admito. Yo tampoco pensé que existieran personas sin tótem, pero por lo visto las hay, porque aquí tenemos una. Si el Caballo fuera en realidad el tótem de Ljottur, tu Svartwulk, que es un garañón agresivo, olería en él una especie de macho rival, y lo atacaría más furiosamente que a ningún otro... Por cierto que esa mala bestia no necesita de todos modos demasiados alicientes para atacar-concluyó Hendryk, irónico.

      -Bien, supongamos que tienes razón y Ljottur careciera de tótem. ¿En qué redunda esto?

         Hendryk se puso mortalmente serio, y por ello y por su demora en contestar comprendió Balduino que algo andaba mal.

            -En que posiblemente la vida de Ljottur sea muy breve, sin un espíritu velando por él.

           Balduino no supo qué crédito conceder a estas palabras, pero se puso tan serio como Hendryk.

           -¿Y qué se puede hacer?-preguntó-. Para modificar eso, quiero decir.

           -No sé si hay algo que pueda hacerse, ésta es una situación insólita a la que nunca me había enfrentado antes. Pero se me ocurre que quizás tu caballo esté haciéndolo por nosotros.

          -¿Svartwulk?

          -Sí. Se dice que los animales son especialmente receptivos al mundo espiritual, y que son ellos, por ejemplo, los primeros en advertir cuando en algún sitio hay un alma penando. Svartwulk probablemente note la desprotección de Ljottur y esté asumiendo un papel protector. Aseguran algunos que la proximidad de determinado animal en torno al vientre de una mujer encinta o del techo que la cobija es decisiva respecto al tótem que tendrá el niño al nacer; que en cierta forma, el animal invoca, con su cercanía, al espíritu que tiene su apariencia. Yo no estoy tan de acuerdo con eso, pero quizás me equivoque. Como éste es un caso atípico, no puedo estar seguro, pero no habría que descartar que Svartwulk esté invocando, a sabiendas o no, al Caballo, para que proteja a Ljottur.

           -Esa costumbre que tiene Ljottur de ensartar animales vivos en ramas, ¿podría, quizás, ser la causa de que no tenga tótem? ¿Tal vez los espíritus, que tienen forma de animal, lo rechazan por eso?

             -No sabía que tuviera esa costumbre, nunca lo vi haciendo eso.

           -Se la descubrí en Helmberg, y desde entonces lo vigilo. Suelo adivinarle las intenciones y reprenderlo de antemano.

        -Ah, eso lo explica. Bien, sí, podría ser; pero yo más bien pienso lo contrario: debe estar vengándose en los demás animales, instintivamente, de que ningún espíritu animal haya querido protegerlo.

         Fue lo último que dijeron sobre el tema antes de ir a trabajar junto a los demás, pero la mente de Balduino volvió sobre el asunto varias veces a lo largo de ese día; y por la noche pasó más tiempo del habitual en la caballeriza junto a Svartwulk.

           -¿Será cierto, como cree Hendryk, que intentas proteger a Ljottur?-preguntó en voz alta, mirando al caballo, como a la espera de que respondiese-. Me alegro mucho-añadió, palmeándole afectuosamente el hocico-. Es bueno que el corcel de un Caballero proteja a los débiles, igual que su amo. Cuídalo mucho, ¿eh?, que en el fondo no es, quizás, más que un pobre ser muy desdichado.
Palabras claves , , , ,
publicado por ekeledudu a las 13:14 · Sin comentarios  ·  Recomendar
 
Más sobre este tema ·  Participar
· CCXX
Comentarios (0) ·  Enviar comentario
Enviar comentario

Nombre:

E-Mail (no será publicado):

Sitio Web (opcional):

Recordar mis datos.
Escriba el código que visualiza en la imagen Escriba el código [Regenerar]:
Formato de texto permitido: <b>Negrita</b>, <i>Cursiva</i>, <u>Subrayado</u>,
<li>· Lista</li>
SOBRE MÍ
FOTO

Eduardo Esteban Ferreyra

Soy un escritor muy ambicioso en lo creativo, y de esa ambición nació EL SEÑOR CABELLOS DE FUEGO, novela fantástica en tres volúmenes bastante original, aunque no necesariamente bien escrita; eso deben decidirlo los lectores. El presente es el segundo volumen; al primero podrán acceder en el enlace EL SEÑOR CABELLOS DE FUEGO I: INICIO. Quedan invitados a sufrir esta singular ofensa a la literatura

» Ver perfil

CALENDARIO
Ver mes anterior Abril 2024 Ver mes siguiente
DOLUMAMIJUVISA
123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
282930
BUSCADOR
Blog   Web
TÓPICOS
» General (270)
NUBE DE TAGS  [?]
SECCIONES
» Inicio
ENLACES
» EL SEÑOR CABELLOS DE FUEGO I: INICIO
FULLServices Network | Blog gratis | Privacidad