Blog gratis
Reportar
Editar
¡Crea tu blog!
Compartir
¡Sorpréndeme!
EL SEÑOR CABELLOS DE FUEGO II
La segunda parte de la más extraña trilogía de la literatura fantástica, publicada por entregas.
« Blog
« XXI
25 de Octubre, 2010    General

XX

XX

      ¿Habrán terminado ya? ¿Habrá salido todo bien?... Por enésima vez se hacía Calímaco de Antilonia estas preguntas, cuando se abrió la puerta de la cuadra. Distinguió en la penumbra que acababa de entrar Edgardo de Rabenland, y lo llamó sin moverse del lecho.

      -¿Ya volvieron?-preguntó en un susurro.

      -No, Calímaco-contestó Edgardo; e iba a ir a acostarse también él, cuando escuchó que Calímaco lo llamaba una vez más.

      -¿Para qué se me incluyó en el Consejo hoy? ¡Yo no soy oficial!

      -¿Cómo que no?... Oficial adjunto, por el término de una semana.

       -¿Qué quieres decir?

      -Ah, ¿nadie te explicó?... Lo lamento, se ve que cada uno de nosotros esperaba que otro lo hiciera. Desde el lunes y hasta el domingo que viene eres oficial adjunto.

       -¿EH?-Calímaco casi gritó.

      -Cálmate. Fue una torpeza no decírtelo, pero ya está hecho, y no se trata de nada grave-intentó tranquilizarlo Edgardo.

      -¿Pero cómo quieres que me tranquilice?... ¡No estoy hecho para cargos jerárquicos, y además tal vez hasta se me arreste por no hacer algo que no tenía la menor idea de que me correspondiera hacer!

      -No seas tonto. Imagina qué responsabilidades conlleva tu cargo, que ni cuenta te diste de que lo tenías. Es meramente simbólico, más que nada para que tengas la oportunidad de asistir a Consejos de Guerra. La idea es que veas cómo nos manejamos los oficiales, para que sepas cómo proceder si tuvieras que hacerte cargo del mando... Deja de menear la cabeza como un tonto testarudo. Así fueras el imbécil más inepto del mundo, que no lo eres (Nuestro glorioso Gran Maestre el señor Tancredo de Cernes Mortes lo es), si tuvieras que hacerte cargo del mando, tendrías que hacerlo, y sanseacabó. A medida que los Wurms eliminan a la oficialidad más competente, la reemplaza otra que no lo es tanto, sigue otra que lo es menos aún, y así sucesivamente. Tal vez al final sólo queden descerebrados al mando, pero mientras haya para elegir, intentamos que no lo sean tanto e ir tanteando al menos las capacidades de cada uno según las van demostrando. Ignacio y yo llegamos al mando por este método. Ignacio luchó mucho para alcanzar la oficialidad, pero  a mí me designaron a dedo porque me tomaron por más valiente de lo que soy en realidad, y luego me dio no sé qué sacarlos de su error. No me hace ninguna gracia estar al mando; no cuando las vidas de miles de personas dependen de que yo y otros como yo tomemos la decisión correcta, no cuando antes de dar cada paso precisamos la aquiescencia de asnos como Tancredo de Cernes Mortes y Cipriano de Hestondrig. Mal que te pese, tú podrías ser elegido en cualquier momento, si todas las presonas más capaces que tú te precedieran en la muerte y se te juzgara el más idóneo para el mando. Aún más, como eres el adjunto de la semana, si algún oficial de nuestra Orden muriera en este momento, lo reemplazarías temporalmente hasta que fuera nombrado otro...

      -¿Pero estáis todos locos, o qué?...-exclamó Calímaco. Varias cabezas de durmientes se volvieron hacia él y, con gruñidos insultantes, lo forzaron a bajar la voz:-. ¿Quién me metió en este lío?-susurró.

       -¡Ningún lío!-respondió Edgardo-. Todos los Caballeros de ambas Ordenes pasamos por esto. Inevitablemente, los nuevos ibais a pasar también. Me refiero a los que llegasteis aquí hace poco, excepto, claro, el señor Justiniano de Charmalles, que ya ocupa un puesto de mando y de cualquier modo está enfermo, y el idiota de Miguel de Orimor, oficial también y que además se fue a tratar de combatir a los Landskveisunger. Calímaco, aunque ahora una tragedia te dejara temporalmente al mando, sería por breve tiempo, y nadie esperaría verte al frente de las tropas en caso de ataque Wurm, pero sí que hicieras algo, aunque más no fuera entregar tu culo a guerreros nerviosos por abstinencia sexual... Ocuparte de que los heridos reciban atención, serenar a las tropas... Lo que se te ocurra, pero algo, cualquier cosa que demande liderazgo. Y ahora, escúchame atentamente: ya es hora de que dejes de sentir lástima y vergüenza de ti mismo por lo que ocurrió durante el último ataque de los Wurms, porque puedes sernos útil, y mucho; pero no mientras sigas en esa estúpida postura. La veteranía, si luchas contra los Wurms, se adquiere en días, o incluso en horas; pero para eso necesitas abrir tu mente, y vale más que lo hagas, o te abro yo otras partes de tu anatomía. Me voy a dormir; buenas noches.

      -Buenas noches-respondió Calímaco.

       -Edgardo se fue a su lecho, y a los pocos minutos dormía como un bendito. Calímaco, sin embargo, no tuvo esa suerte, y siguió dando vueltas sobre sí mismo, hasta las primeras horas de la madrugada. Entonces, súbitamente, un horrible alarido de mujer entremezclado con llantos de desesperación hizo que todos los Caballeros se sentaran en sus lechos, sobresaltados, creyendo que de vuelta la ciudad estaba sufriendo el ataque de los Wurms.

      -¡QUIERO VERLO! ¡QUIERO VERLO!-gritaba la mujer. Todos reconocieron la voz de Gerthrud Svendsdutter.

      Edgardo sintió que el corazón se le encogía de terror.

      La voz que se oyó a continuación, invitando a la calma, era sin duda la de Dunnarswrad; pero, cosa rara en él, no se distinguió claramente qué decía. Los Caballeros empezaron a vestirse rápidamente y, entre los más veloces, Edgardo y Calímaco. Este último acababa de tomar conciencia, horripilado, de que seguía siendo oficial adjunto hasta quién sabía cuándo. Por lo tanto, algo tenía que hacer, comenzando por ponerse al tanto de lo que estaba ocurriendo.

      Un Caballero precedió a los demás en su llegada al pasillo.

      -¡QUIERO VERLO!-seguía gritando Gerthrud, entre sollozos convulsivos.

      -Gerthrud, querida, no ha llegado aún, ya lo traerán y luego veremos-suplicaba Dunnarswrad, genuinamente angustiado.

       En situaciones de combate se sentía en su elemento, y afrontaba impávido cualquier riesgo; pero no estaba hecho para manejar escenas de histeria ni crisis nerviosas. Trataba de dar protección a Gerthrud entre sus brazos, y a la vez parecía temeroso de que éstos, recios y pesados, pudieran lastimar a la joven aun sin proponérselo.

       Edgardo consultó con la mirada a Hreithmar. Este dijo algo que no se oyó, pero no hacía falta demasiado para darse cuenta de que acababa de suceder algo terrible, algo que involucraba a Maarten Sygfriedson. Los Caballeros se arracimaron en torno a Gerthrud, protectores, prontos a brindar su apoyo y su consuelo, aun cuando ellos mismos se vieran tan necesitados de ambas cosas.

      Y lo peor era, quizás, que ni sabían qué había ocurrido exactamente. No quisieron preguntar demasiado frente a Gerthrud, pero más tarde Edgardo, con lúgubre ánimo, obtuvo alguna información de hombres de Dunnarswrad. Supo así que los expedicionarios habían enviado a uno de ellos como mensajero para adelantar las malas nuevas, y que Dunnarswrad había impartido órdenes en base a ellas. Acababa de acaecer una tragedia, terrible sin duda y, de algún modo, más grave que en otras ocasiones, pero nada en realidad sorprendente. Después de todo, en una guerra estas cosas ocurrían. Pero entre las órdenes de Dunnarswrad, hubo una que Edgardo no entendió y lo llenó de inquietud: la de que nadie preguntara por detalles, y se contentaran con la información básica.
Palabras claves , , , ,
publicado por ekeledudu a las 13:17 · Sin comentarios  ·  Recomendar
 
Más sobre este tema ·  Participar
· CCXX
Comentarios (0) ·  Enviar comentario
Enviar comentario

Nombre:

E-Mail (no será publicado):

Sitio Web (opcional):

Recordar mis datos.
Escriba el código que visualiza en la imagen Escriba el código [Regenerar]:
Formato de texto permitido: <b>Negrita</b>, <i>Cursiva</i>, <u>Subrayado</u>,
<li>· Lista</li>
SOBRE MÍ
FOTO

Eduardo Esteban Ferreyra

Soy un escritor muy ambicioso en lo creativo, y de esa ambición nació EL SEÑOR CABELLOS DE FUEGO, novela fantástica en tres volúmenes bastante original, aunque no necesariamente bien escrita; eso deben decidirlo los lectores. El presente es el segundo volumen; al primero podrán acceder en el enlace EL SEÑOR CABELLOS DE FUEGO I: INICIO. Quedan invitados a sufrir esta singular ofensa a la literatura

» Ver perfil

CALENDARIO
Ver mes anterior Mayo 2024 Ver mes siguiente
DOLUMAMIJUVISA
1234
567891011
12131415161718
19202122232425
262728293031
BUSCADOR
Blog   Web
TÓPICOS
» General (270)
NUBE DE TAGS  [?]
SECCIONES
» Inicio
ENLACES
» EL SEÑOR CABELLOS DE FUEGO I: INICIO
FULLServices Network | Blog gratis | Privacidad